sábado, 23 de febrero de 2008

EVITANDO LA ENFERMEDAD ESPIRITUA


Proverbios 3:7

Enfoque Principal: Abriremos la palabra de Dios y meditaremos en las maneras como poder evitar la enfermedad espiritual.

Introducción:

Muchas veces nos encontramos en momentos que decidimos cambiar, pero es allí donde Satanás más nos ataca, utilizando la palabra “Desaliento”. Entonces nos cansamos de continuar en la lucha y caemos en la enfermedad espiritual. Dios a través de su palabra en Proverbios 3:7 nos muestra como vencer esta terrible enfermedad.

I. “No seas sabio en tu propia prudencia...” (v.7a)

La peor trampa del hombre se encuentra en confiar en si mismo, pues al hacer eso su fin será lo terrenal, mas no alcanza ver lo celestial. Proverbios 23:9 nos dice: “...porque menospreciarán la prudencia de tus razones”.
Para tener buena prudencia debemos mantener buena relación con el que puede darnos prudencia en el momento adecuado, y los resultados son mejores, que cuando seguimos nuestra propia prudencia. Proverbios 24:3 nos dice: “...y con prudencia se afirma”

El Señor os ha escogido para hacer su obra, y si trabajáis con cuidado, con prudencia, y ponéis vuestros hábitos en el comer en perfecta sujeción al conocimiento que tenéis y a la razón, tendréis horas mucho más placenteras y agradables que si actuáis imprudentemente. (Elena G. De White, Consejos sobre el Régimen Alimenticio, Dominio del Apetito)

Ilustración:
Un joven pintor acababa de pintar un hermoso cuadro, grandemente admirado por todos. Su corazón estaba hinchado de vanidad. A menudo se sentaba delante del caballete para admirar la obra de su genio. Pero una mañana descubrió que su hermosa creación había sido borrada. Lloró amargamente ¿Quién pudo hacerle semejante maldad?.
Pero inesperadamente apareció su veterano maestro, y le dijo: “Yo hice esto, y lo hice para tu bien. El cuadro te estaba arruinando”. “¿De qué manera?” preguntó el discípulo. Entonces el maestro le dijo: “En la admiración de tu propio talento estabas perdiendo tu amor al arte en si mismo. Toma tu pincel y empieza de nuevo”.

II. “Teme a Jehová...”(v. 7b)

El temor hacia Dios se basa en el respeto, y en lo que tú vales, si tú sabes que vales mucho para Dios podrás respetar a tu creador por todo lo que ha hecho por ti. Job 4:6 nos dice “¿Es éste tu temor a Dios, tu confianza...”
Si nosotros como hijos de Dios abandonamos su Temor, el respeto a él, estaríamos siendo mal agradecidos a quien nos da la vida, y nos ayuda en todo momento. Por eso en Job 6:14 nos dice: “...no sea que abandone el temor del Todopoderoso”

Oh, qué obra la nuestra, qué privilegio, hablar y actuar para fijar la convicción en los corazones y en las conciencias de los hombres. El Espíritu Santo nos guía en esta tarea y logramos éxito cuando tenemos una estricta consideración por el temor de Dios. (Elena G. De White, Alza tus Ojos, Tengan en vista la Gloria de Dios)

Ilustración:

Un hombre caminaba por la ribera del río, cuando a poca distancia alcanzó a ver a varios nogales cargados de nueces. Y en su paseo, un poco mas adelante pasó junto a una mata de calabazas. Entonces comenzó a preguntarse “¿Como estas plantas rastreras, débiles y quebradizas, dan calabazas tan grandes, mientras que los nogales tan fuertes y corpulentos, dan un fruto tan pequeño?” Parecía un error de la naturaleza o del Creador.
Después de una buena caminata , el hombre se acostó en el suelo para descansar, precisamente debajo de un nogal. Y en su mente se decía: “No hay caso, Dios se equivocó. Yo hubiere puesto las nueces en la calabacera y la calabazas en el nogal”.
Cuando el hombre ya se estaba quedando dormido, repentinamente fue despertado por una nuez que, desprendida del árbol, fue a darle justamente en la nariz. Como es natural, eso basto para que el hombre dijese: “No, parece que Dios no se equivocó. Si esa nuez hubiera sido una calabaza, me habría matado”.
Muchas veces nosotros no tenemos temor a Dios pensando que el no sabe nada de lo que queremos y que nosotros podemos hacer lo que queramos y le faltamos el respeto con nuestras actitudes y acciones.


III. “...Apártate del mal” (v. 7c)

La mayoría de los seres humanos no desean apartarse de mal, sabiendo que el mal trae desagracia. ¿A que se debe esta acción?. Job 28:28 nos dice: “Y dijo al hombre: 'Venerar al Señor es la sabiduría, apartarse del mal es la inteligencia'.”
El rey David aconseja que tenemos que apartarnos del mal para hacer el bien, nunca podremos hacer el bien con el mal, juntos. Por eso Salmo 34:14 nos dice: “Apártate del mal, haz el bien, busca la paz, y síguela.”

Debemos recordar que no somos piezas de un mecanismo inanimado, sino seres inteligentes, capaces de elegir el bien y rehusar el mal, con una clara conciencia y un propósito puro. Debemos apuntar a la consecuencia en todas nuestras obras. (Elena G. De White, A Fin de Conocerle, La Prueba de Nuestros Actos).

Ilustración:
Cierto cazador europeo capturó a un pequeño leopardo de la India, y lo llevó a su casa, donde lo crió como a un animal doméstico. Al principio el leopardo se mostró muy juguetón, pero con el tiempo fue revelando su verdadera naturaleza. Primeramente mató gallinas, y después mordió al perro de su dueño. Entonces los amigos le aconsejaron al hombre que enviara al animal al zoológico. Pero él estaba seguro de que no volverían a repetirse las agresiones del felino.
Una calurosa tarde de verano el hombre se quedo dormido en un sillón de su balcón. Pero de repente fue despertado. El leopardo, ya casi adulto, estaba lamiendo y raspando la mano de su amo. Y Cuando este quiso defenderse, el animal lo tomó firmemente en su brazo. De inmediato pidió ayuda y un colaborador le alcanzó un revólver. A pocos segundos el felino juguetón yacía sin vida en el balcón. Una demora en la maniobra le habría costado la vida a su amo.

El mal se parece al leopardo. Al principio es inofensivo. Pero si se lo sigue acariciando, cautiva a su victima y la lleva a la destrucción. ¡El mal es traicionero y no se puede jugar con él!.


Conclusión:

Apelación: Después de haber escuchado las maneras como evitar la enfermedad espiritual, estamos más seguros en cuanto a saber que es mejor para nuestras vidas. Primero, no confiar en nuestra propia prudencia, segundo, temer a Jehová, y tercero, apartarse del mal. Siguiendo estos consejos estaremos libres de todo contagio con esta terrible enfermedad.

Llamado: Cuantos en esta ocasión quisieran pedirle a Dios que les ayude a poder vencer, y luchar contra aquella enfermedad espiritual, que de seguro si no es combatido a tiempo podrá hasta llevarnos a la desesperación. ¿Deseas que Dios limpie completamente tu vida, y si estás doliente por aquella enfermedad, le pides que te llene de su gracia?. Si así lo deseas ponte en pie para orar juntos. Amén

Fin.-

Realizado por:
José Bravo Toro
IMPN de San Fernando.

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