miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Usted es miembro? ¿ De Una congregación de Cristo?
o, ¿una de los hombres?


¿Cómo ser miembro una congregación que en verdad es de Cristo?
Hay un creciente número de personas que hoy sirven a Cristo como cristianos le sirvieron en el principio, reuniéndose en congregaciones que no pertenecen a ninguna denominación ni secta sino solamente a Cristo.
Para ser de alguna secta o grupo religioso, es necesario comunicarse con la sede central del grupo para aprender sus reglamentos especiales. Pero para ser solamente de Cristo, o sea, para ser un cristiano igual a los del primer siglo, es esencial acudir solamente a la Biblia, especialmente al Nuevo Testamento donde leemos de Cristo y de los individuos que le seguían.

UNA PREGUNTA BASICA QUE USTED DEBE CONTESTAR

Antes de analizar los pasos necesarios para trabajar con una congregación de Cristo, ¡es esencial preguntarnos si en verdad somos de Cristo!

¿COMO CREER EN CRISTO SIN VERLE?

¿Cómo es posible creer en Cristo si no podemos verle? Podemos creer en Cristo sin haberle visto como el juez o un jurado en un corte puede llegar a creer en la inocencia o culpabilidad de un acusado sin haber visto el crimen, ¡examinando el testimonio de los testigos! Después de su muerte, Cristo fue resucitado y apareció muchas veces a sus discípulos y a más de 500 hombres (Hechos 1:3; 1 Corintios 15:3-8). Es al leer el testimonio de estos testigos en el Nuevo Testamento que nuestra fe crece y llegamos a ver que Cristo no pudo haber sido un hombre cualquier, sino tuvo que haber sido el Hijo de Dios. Los que buscan la fe en Cristo en forma honesta se dan cuenta que los testigos no eran mentirosos sino hombres y mujeres sinceros que estaban dispuestos a sufrir la tortura y la muerte antes de renunciar su testimonio.
El acontecimiento más chocante en la vida de Cristo fue su muerte en la cruz. Es en la cruz de Cristo que vemos mejor el gran amor que Dios tiene para con nosotros. Sin la muerte de Cristo, o (1) la justicia de Dios no se satisface, o, (2) todos los hombres son separados de Dios por toda la eternidad. Por con esta muerte,la justicia de Dios se satisface y los que le obedecen pueden ser salvos, es decir, pueden evitar las consecuencias horribles de su pecado y pueden tener comunión para siempre con Dios (Hebreos 5:9).

MUCHOS PIENSAN SER DE CRISTO SIN HABERSE ACEPTADO LAS CONDICIONES DE PERDON

Hay muchos que piensan ser de Cristo por haber repetido alguna oración, por haber sido bautizados como niño o por seguir las instrucciones de algun predicador para "recibir a Cristo en el corazón como Salvador personal". Pero, para ser de Cristo y para tener los pecados perdonados, hay que aceptar las condiciones de Cristo y no las de alguna secta o tradición religiosa. ¿Qué hay que hacer para aceptar el perdón de pecados hecho posible por la muerte de Cristo ?
* Hechos 2:38 "Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo". Nótese que a la gente en el día de pentecostés les fue dicho que hicieran dos cosas para recibir el perdón de los pecados y el don del Espíritu: (1) Arrepentirse y (2) Bautizarse en el nombre de Jesucristo (por la autoridad de El) para perdón de pecados.

¿BAUTISMO DE CRISTO O DE LOS HOMBRES?

* El propósito del bautismo de Cristo: Es importante ver que el bautismo de Cristo al cual debían someterse no fue "para testimonio público" como el de muchas tradiciones hoy, sino fue "para perdón de los pecados". Es al bautizarse para perdón de pecados, que se acepta la gracia de Dios. Cualquier bautismo que tenga algún otro propósito que no sea "para perdón de pecados", por ejemplo, "para testimonio publico" o "para "mostrar que ya fue salvo antes" es bautismo de los hombres.
* Es una "sepultura" en agua: Nótese también que el bautismo de Cristo es una sepultura en agua según textos como Romanos 6:3,4 y Colosenses 2:12. La palabra original por "bautismo" según cualquier léxico de la lengua griega significa "sumergirse, zambullirse". Si usted fue rociado con algunas gotas de agua o pasó por cualquier acto que no fuera una sepultura en agua, su bautismo fue de los hombres y no de Cristo. Si así fue, francamente usted todavía no ha aceptado la gracia de Dios cómo El manda.
* Hay que creer y arrepentirse de antemano: Cuando un hombre de Etiopía preguntó, "que impide que yo sea bautizado", Felipe el evangelista le dijo, "si crees de todo corazón, bien puedes" (Hechos 8:36,37). De nada sirve el bautismo si uno no cree de antemano. Por esta razón, no hay ningún caso de bautismo infantil en la Biblia porque los niños no son capaces para creer. Los que fueron bautizados eran "hombres y mujeres" capaces para creer y arrepentirse (Hechos 8:12).
Si usted ha sido bautizado, pero no con el bautismo de Cristo, sino de los hombres, debe bautizarse otra vez para perdón de pecados como lo hicieron los hombres en Hechos 19:1-7.
* Pregunta personal que es muy importante: Después de haber creído en Jesucristo como el Hijo de Dios, ¿usted se ha arrepentido? ¿Usted ha sido bautizado (sepultado, sumergido en agua) para el perdón de sus pecados? Si no, la pregunta que Dios hizo a Saulo de Tarso es para usted, ¿"por qué te detienes? levántate y bautízate y lava tus pecados, invocando Su nombre" (Hechos 22:16) Si usted no conoce a ningún cristiano que le bautice para el perdón de sus pecados, favor ponerse en contacto con nosotros y con mucho gusto, buscaremos a un cristiano que le bautiza con este propósito bíblico.
Al aceptar las condiciones divinas para aceptar la gracia de Dios (el arrepentimiento y el bautismo para perdón de los pecados) el Señor le añadirá a Su pueblo, o sea, a Su iglesia (Hechos 2:47). La iglesia del Señor consiste en todos los salvos en todo el mundo (Hebreos 12:23). Solamente por arrepentirse y bautizarse para perdón de pecados, usted no será agregado a ninguna secta, sino solamente a la iglesia de Cristo, al pueblo que pertenece a Dios, el cual no es ninguna organización religiosa sino sencillamente el grupo de todos los salvos. Entonces puede comenzar a crecer en el Señor, aprendiendo a orar y alabar a Dios en otras formas.

DESPUES DE BAUTISMO, ¿QUE?

Si hay una congregación que siga a Cristo en su pueblo, debe comenzar a adorar y servir a Dios con ellos, tal como lo hicieron cristianos del primer siglo (Hechos 9:26). Pero cuidado, hay muchas que se preocupan por seguir las tradiciones de su iglesia, siguen profetas modernos y en otras formas demuestran no seguir tanto a Cristo, sino a alguna tradición religiosa. Si todas las congregaciones en su vecindario son así, quizás le toque a usted establecer una congregación del Señor.
Para establecer una congregación que sea solamente de Cristo, tiene que seguir el ejemplo de las congregaciones en el Nuevo Testamento.

(1) PREDIQUE EL EVANGELIO A OTROS Y BAUTICELES (Mateo 28:18-20)
Hable con otros de de Jesucristo, de su muerte y resurrección. A los que llegan a creer, dígales que se arrepienten y se bauticen para perdón de los pecados tal como usted ha hecho para seguir las instrucciones divinas de Hechos 2:38.

(2) TENGAN REUNIONES PARA ALABAR A DIOS.
En el Nuevo Testamento vemos varias actividades de las congregaciones las cuales ustedes deben imitar para ser una congregación aprobada por Dios .
En la Biblia, vemos que los cristianos se reunían el primer día de la semana (domingo) para partir el pan (Hechos 20:7). El primer día de la semana fue muy importante en el Nuevo Testamento porque fue el día de la resurrección de Cristo (Marcos 16:9) y el día en el cual fue inaugurada la iglesia (el día de Pentecostés siempre caía en el primer día de la semana). Al estar reunidos, también apartaban de sus ganancias para juntar dinero para las necesidades de los santos (1 Corintios 16:1,2).
* La cena del Señor: Antes de morir, Jesús instituyó la cena del Señor. Puede leer de la institución de la cena en Mateo 26:26-29 y los textos paralelos en Marcos, Lucas y Juan. Después de dar las gracias, Jesús dió el pan sin levadura a los apóstoles y ellos comieron de el. El pan representa su cuerpo. Luego repartió también el fruto de la vid (jugo de uva) entre ellos, el cual representa su sangre. La cena no fue alguna ceremonia mística, sino un sencillo memorial de la muerte de Cristo. Las congregaciones de Cristo hoy en día, se reunen cada primer día de la semana (domingo) para participar de la cena del Señor tal como lo hicieron los primeros cristianos (Hechos 20:7; 1 Cor 11:23-26).
Las dos cosas que las iglesias necesitan para la cena son: pan sin levadura y jugo de uva. El pan sin levadura es sencillamente flor de harina mezclado con un poco de agua, enrollado y puesto en algún horno. A veces se puede comprar de tiendas que venden comida judía (allí se llama "matzos"), pero muchas veces lo más fácil es hacerlo en casa. El jugo de la uva puede ser distribuído entre los hermanos reunidos. Así los verdaderos cristianos sacan un tiempo todos los domingos para este memorial. No es una ceremonia complicada ni mística, sino un sencillo recordatorio de la muerte de Cristo.
* La ofrenda: Siempre hay necesidades en la iglesia y la Biblia nos dice cómo los primeros cristianos suplieron estas necesidades, con una ofrenda voluntaria todos los domingos (I Cor. 16:1,2). Nótese que todos pusieron aparte algo en un fondo común para que al llegar Pablo, no tuvieran que ir a las casas para recolectar el dinero.
Así hoy, las congregaciones del Señor tienen una ofrenda voluntaria los domingos para las necesidades de la obra. El dinero recolectado no debe ser gastado otra cosa sino en asuntos espirituales. En la Biblia leemos que las iglesias dedicaban su energía y recursos a la predicación del evangelio a los perdidos, a la enseñanza de cristianos y a suplir las necesidades de Cristianos necesitados. Se puede usar el dinero de la ofrenda para ayudar en cualquier de estas tres necesidades espirituales, por ejemplo, en tratados, programas radiales, ayuda a predicadores, material para estudios bíblicos, himnarios, necesidades para los santos pobres, etc. Es presuntuoso gastar el dinero del Señor en asuntos no espirituales como los deportes, las fiestas, la política, etc. ya que no hay autoridad bíblica por gastar el dinero del Señor así.
EVITANDO ERRORES: Cuando se habla de la ofrenda es importante tener cuidado que no se metan en prácticas que no son del Nuevo Testamento, sino de las tradiciones humanas. Algunos abusos comunes que conviene evitar son:
(1) El exigir cierto porcentaje de las ganancias. En el Antiguo Testamento los judíos tuvieron que dar 10% de los productos agrícolos de la tierra una vez el año (el diezmo). Pero en el Nuevo Testamento Dios no exige cierto porcentaje sino pide que demos según hayamos prosperado, dejando la cantidad a nuestro juicio (1 Cor. 16:1,2).
(2) El dejar que otros sepan cuanto uno da. Jesús nos dice que cuando demos, "no sepa tu izquierda lo que hace el derecho" (Mateo 6:3). O sea, la cantidad de dinero que se da es asunto privado y personal.
(3) El recolectar ofrendas durante muchos días de la semana. Las congregaciones de Cristo recolectaron la ofrenda "cada primer día de la semana". Pedir ofrendas en otros días es ser presuntuoso ya que no hay autoridad bíblica por ofrendas en otros días de la semana.
(4) La Biblia habla solamente de ofrendas voluntarias de los santos. No habla de ventas, subastas, bingo y otras formas de mercadería. Las iglesias que quieren ser de Cristo evitarán la mercadería, la cual muchas veces trae vergüenza al reino de Cristo. Estarán contentos con la ofrenda voluntaria de los santos, la única forma en la cual las iglesias del Señor están autorizados a buscar fondos.
* Cánticos espirituales. Los primeros cristianos cantaban alabanzas a Dios (Mateo 26:30; Efesios 5:19; Colosenses). Así los cristianos hoy en día siempre están cantando, aprendiendo nuevos himnos y coros para alabar al Señor.
El énfasis en los cánticos no debe ser tanto la belleza de la voz sino la sinceridad y amor en el corazón. En el Nuevo Testamento Cristo pide especificamente que le alabemos en forma espiritual con el "fruto de labios" (Hebreos 13:15). Los cristianos primitivos siguieron estas instrucciones en cuanto al aspecto espritual de adoracón y por tanto, los instrumentos de música fueron desconocidos en las iglesias por muchos siglos después de la muerte de Cristo. Las congregaciones hoy en día que quieren ser solamente de Cristo, entonces, seguirán este ejemplo aprobado por Dios, alabando a Dios con "fruto de labios" y sin instrumentos de música.
* La oración. Cuando se lee de los primeros cristianos en el libro de Hechos, ¡se lee mucho de la oración! Oraron cuando estaban triunfantes (Hechos 4:24-31), frente a responsabilidades (6:6); pruebas (12:12), viajes (13:3), despedidas (21:5) y en fin, oraron "sin cesar" (1 Tes. 5:17).
Los que llegan a ser cristianos deben seguir este ejemplo y aprender a orar en forma personal y también juntos con otros a Dios. Las congregaciones que crecen en madurez y en número son aquellas que dedican mucho tiempo y energía a la adoración. Donde hay estancamiento y pleitos, casi siempre, allí no hay mucha oración.
Cuando muchos están orando, la Biblia habla de uno que dirige (1 Corintios 14:16) y los otros dicen "amen" (así sea), no en forma alborotosa sino "decentemente y con órden" (1 Cor. 14:37).
* La enseñanza. Al reunirse los cristianos en Troas el primer día de la semana para partir el pan, Pablo les dió un discurso de la palabra de Dios (Hechos 20:7). Así siempre dedican tiempo a la palabra de Dios en las reuniones de cristianos hoy en día.
Los hombres maduros pueden dar enseñanza bíblica. Pueden tomar la Biblia y dar explicaciones de textos, pueden dirigirse a principios espirituales o hacer lo que piensen edificar mejor la congregación.
La Biblia prohibe que las mujeres prediquen en la asamblea de los santos o que tomen una posición de autoridad sobre el hombre (1 Corintios 14:34,35; 1 Timoteo 2:11,12). Aunque pueden enseñar en ciertas circunstancias (pueden enseñar a los niños, otras mujeres o a hombres en forma personal), no pueden dar discursos o ponerse en una posición de autoridad sobre los hombres.
En fin, las reuniones de las congregaciones de Cristo son dedicadas a la alabanza y servicio de Dios. Todo se debe hacer "decentemente y con órden" (1 Cor. 14:37)

LA ORGANIZACION DE UNA CONGREGACION DE CRISTO

En la Biblia las congregaciones que servían a Dios fueron organizados en una forma sencilla.
*Ancianos: Pablo y otros evangelistas disignaron ancianos en cada congregación cuando llegaron a haber hombres cualificados (Hechos 14:23). Los ancianos fueron llamados también obispos y pastores y fueron encargados de la alimentación espiritual de la iglesia (Hechos 20:28). No tenían autoridad en otras congregaciones sino solamente en las congregaciones en las cuáles habían sido designados (1 Pedro 5:1-3). Siempre hubo una pluralidad de ancianos en cada congregación. Jamás se lee en la Biblia de "el anciano" o "el obispo" de la iglesia. Los requisitos para ser anciano se encuentran en Tito 1 y 1 Timoteo 3:1-7).
Las nuevas congregaciones tienen que existir por algún tiempo sin ancianos hasta que hayan hombres cualificados. Aunque la Biblia no especifica cómo proceder antes de haber ancianos, normalmente los hombres de la iglesia se reunen para decidir cómo proceder con la obra.
* Diáconos: Los diáconos eran servidores especiales de la iglesia. Hoy los diáconos muchas veces son responsibles por tareas como la ayuda para pobres cristianos, la limpieza del local, el cuidado del dinero de la iglesia, la publicación de tratados y otro material, etc.
Se encuentran los requisItos para diáconos en 1 Timoteo 3:8-13.
Los evangelistas no son tanto parte de la organización de una congregación local, sino son hombres que se dedican mucho tiempo a predicar el evangelio a otros. Los maestros han desarrollado una capacidad para enseñar la Biblia a otros y así se dedican a dar la enseñanza de los apóstoles y profetas que escribieron el Nuevo Testamento (Efesios 4:11-13).

¿ASI USTED VA A SERVIR A CRISTO?

¿Usted sirve a Cristo en una congregación que sigue estos principios sencillos resumidos en este breve tratado? o, ¿es miembro de una congregación de hombres, una secta que sigue tradiciones humanas? No cabe duda que hay muchas personas sinceras en las iglesias de los hombres, pero hasta que dejen las tradiciones humanas, no agradan al Señor.
Usted no puede ser de Cristo ni recibir el verdadero don del Espíritu Santo si no se arrepiente y se bautiza por la autoridad de Jesucristo para perdón de los pecados (Hechos 2:38). No puede crecer en Cristo si asiste una iglesia que es presuntuosa en cuanto a la adoración y organización que Cristo ha autorizado en el Nuevo Testamento.
Si usted quiere ser de Cristo y dejar las tradiciones humanas, ¡hágalo! Déjenos saber si podemos ayudarle en cualquier forma

Josè Bravo Toro
Iglesia Nacional San Fernando.

sábado, 21 de mayo de 2011


HOLA, NO SE OLVIDEN YA SE VIENE NUESTRO ANIVERSARIO N°63

PRÓXIMO 28 DE MAYO DEL 2011
LES ESPERAMOS A TODOS.

viernes, 20 de mayo de 2011

EL ABORTO...............................

Veamos lo que nos enseña la Biblia sobre este tema.......?

El aborto es una realidad escalofriante alrededor de todo el mundo: una estadística del año 1989 da cuenta de una cifra mundial que rondaría los 55 millones de abortos anuales, lo que significaría, increiblemente, más muertes que las que produce una guerra…

Así y todo, cada vez son más los países que luchan por la legalización de esta práctica.

Como cristianos, debemos adoptar una posición al respecto, no porque sea necesario oponernos al establecimiento de una ley de este tipo, ya que sabemos que las leyes no están confeccionadas por hombres espirituales, y rara vez atiendan a lo que dice la Palabra de Dios sobre ellas. Lo importante es que el hijo de Dios sepa qué dice la Biblia sobre cada tema, para que, más allá de su viabilidad a través del permiso legal, si la ley de Dios se opone, eso sea suficiente para nosotros. El mundo seguirá marchando por sus carriles, y nada nos permite suponer, desde el punto de vista escritural, que el mismo marche hacia su mejoramiento absoluto o hacia su moralización o perfeccionamiento. Todo lo contrario. Mientras tanto, los creyentes que seguimos en el mundo, debemos apartarnos del mal.

Desde el punto de vista de la clase, podemos encontrar tres tipos de abortos: el espontáneo, esto es, el que se produce sin intervención humana de ningún tipo, deviniendo en la pérdida del bebé, a pesar de cualquier esfuerzo en contrario, y el provocado. A su vez, este último puede ser de dos tipos: terapéutico y eugenésico. El primero se practica por orden médica en los casos de embarazo detenido, huevo muerto o embarazo fuera de lugar, los cuales no tienen ninguna posibilidad de subsistencia.

El segundo es el que nos interesa, porque es el aborto practicado deliberadamente, sea por la razón de un embarazo no deseado, o por la sospecha de una malformación o alguna especie de tara en el bebé, u otra causa. En este caso, y sólo en este, hablaremos de aborto propiamente dicho, a los efectos del tema que nos ocupa.

Sería muy fácil desarrollar este tema tan complejo si hubiera alguna cita bíblica explícita que nos aclarara cuál es la voluntad de Dios al respecto…Como no tenemos tal cita, se hace necesario un análisis más concienzudo y profundo de las verdades escriturales.

Para empezar diremos que en la Biblia nunca el aborto es un bien, sino una desgracia. Aquellos que defienden el aborto provocado como un bien, invocando razones de derechos humanos, derechos a la elección, etc., deberían saber que esta no es una opción contemplada en las Sagradas Escrituras. El aborto, en los ejemplos bíblicos, nunca es una elección, sino una fatalidad: Gén. 31:38, Éx. 21:22-24, Job 3:16, Salmos 58:8, Ecl 6:3.

Como contrapartida, siempre y en todos los casos independientemente de la elección de los padres, los hijos son considerados como una bendición, y como herencia divina: Salmos 127:3.

Todo esto podría probar, sin lugar a dudas, que la Palabra de Dios desconoce la práctica del aborto voluntario, y por ello no hay en sus páginas normas expresas que prohiban este recurso.

Este argumento, aunque parece válido, podría resultar insuficiente, toda vez que expresamente no dice la Biblia “No abortarás”. Sin embargo, podríamos remitirnos a la ley dada a Moisés, en la cual encontramos sí, “No matarás” (Éxodo 20:13). Para quien considerara incompleto el consejo del Antiguo Testamento, o pasado de moda, o ya superado en la nueva dispensación, tenemos un texto muy claro del apóstol Pablo, en 1ª Corintios 3: 16 y 17, en el cual se considera al cuerpo como templo del Espíritu Santo, y se exhorta muy seriamente acerca de la prohibición de destruirlo.

Ahora bien: cualquiera está de acuerdo con esto, en términos generales, y nadie se quisiera hacer cargo de la muerte de un ser humano, ni siquiera aquellos que están a favor del aborto. En efecto, el punto medular de la discusión se centra en el interrogante acerca de desde cuándo el embrión puede considerarse una persona, esto es, cuál es el instante, ínfimo, pero bien definido, en que el feto deja de ser una masa de tejidos y comienza a ser un ser humano particular, con cuerpo alma y espíritu.

Y decimos que esta es la cuestión medular, porque los abortistas se apoyan en el “hecho” para ellos obvio de que eso que está en el útero materno no es efectivamente en ser humano, sino una mezcla de células que llegará a su condición de pleno ser en un tiempo futuro.

A esto diremos que nadie estuvo ni está capacitado, ni desde la ciencia, ni desde la filosofía, ni desde la antropología, para determinar cuándo un embrión es un ser humano. Dice un autor: “¿En qué momento, en qué minuto puede uno considerar que una vida no tiene ningún significado y al minuto siguiente pensar que esta misma vida ya es algo precioso?¿Quién se atreve?”

La ciencia sabe que al momento de la concepción las células masculina y femenina han sufrido una transformación que reduce sus cromosomas de cuarenta y seis a veintitrés cada una, para que al unirse, entre ambas formen las cuarenta y seis necesarias para la vida humana.Esta nueva célula producto de la unión contiene ya el ADN (ácido desoxirribonucleico), que lleva en sí toda la información genética que si no es interrumpida dará lugar al nuevo ser. Este ADN contiene la información, a imagen de una complejísima computadora, aun de cómo será ese ser al llegar a la vida adulta. Quizás el Señor ya había previsto este descubrimiento tan reciente como novedoso y nos lo había anunciado en su Santa Palabra… Salmos 139:16.

Ese nuevo ser, aun antes de que su madre sepa de su existencia, a los veinticinco días de ser gestado, ya tiene su corazón latiendo. A los cuarenta y cinco días se pueden captar sus ondas encefalográficas. A las ocho semanas tiene formado el cerebro y sus huellas digitales definitivas, aunque más pequeñas. Dos semanas después tiene en funciones sus glándulas tiroides y suprarrenales, mueve los ojos, traga, mueve la lengua, tiene hormonas sexuales. En la decimosegunda semana tiene uñas, succiona el pulgar, es sensible al dolor.

Ahora bien, algún escéptico podría argumentar que esto no es suficiente prueba de si ese es un ser humano completo, con cuerpo alma y espíritu. Al respecto diremos que, a excepción de Adán, que fue creado del polvo de la tierra, y Dios mismo en un acto posterior le sopla el aliento de vida, todas las demás criaturas humanas son formadas, en cuerpo, alma y espíritu conjuntamente, en el mismo instante de la concepción.

En el Salmo 58:3, el salmista dice que hay impíos que lo son desde el útero, lo cual confirmaría la existencia de un ser con cuerpo, alma y espíritu aun en su vida intrauterina.

Job, en su angustia, añora la posibilidad de no haber nacido, y de esta forma haber pasado a la eternidad desde su habitación prenatal. ( Job 3: 9-19 )

Con todo esto queremos significar que, aun cuando desde la ciencia no se puede establecer el momento exacto en que ese embrión es un ser humano completo, aunque en desarrollo, desde la Palabra de Dios se puede comprender mejor esta realidad, arrancando desde el hecho ineludible, y comprendido por fe, de que Dios es el autor, creador, dador y sustentador de la vida: Hechos 3:15, 1ª Samuel 2:6.

Dice la Biblia que este nuevo ser es creado a imagen y semejanza de Dios, como remarcando la intención santa y sublime que Dios tiene con cada criatura humana, por sobre toda otra criatura. Todo fue creado por la palabra de su poder, pero del ser humano dice que él lo formó, especialmente, y sopló en su nariz el aliento de vida.

El ser humano, además de producto de una relación entre dos personas, y por sobre ella, es

*Creación de Dios : Salmos 139: 13

*Proyecto de Dios: Salmos 139:16

*Propiedad de Dios: Salmos 22: 9 y 10

Veamos algunos otros textos ejemplificadores: Salmos 139:13 – 16, Isaías 49:1, Jeremías 1:5, Salmos 8:4, Gálatas 1:15, Salmos 104: 29 y 30, Job 12: 10, Isaías 44:2 y 46: 3, Mateo 25: 34, Lucas 1: 41 y 43, Lucas 1: 15. Deuteronomio 32:39, 1ª Samuel 2:6, Job 10: 8 y 33:4, Salmos 71: 6, Daniel 5:23, Hechos 17:25.

Todas estas escrituras que estamos analizando probarían espiritualmente (no racionalmente o científicamente) que el hombre es una creación divina: cada hombre de todas las edades, y no generalmente, sino en particular, desde el mayor hasta el más insignificante. Que cada uno estuvo en los planes del Señor desde antes de la fundación del mundo. Que este mismo creador conoce a todos por sus nombres (Isaías 49:1), tiene proyectos sobre ellos, los ha dotado de eternidad, y además que somos propiedad suya, de acuerdo con su soberanía y su amor para con cada uno.

Por todo lo que venimos exponiendo sostenemos que desde el momento exacto en que un óvulo y un espermatozoide se unen, por la voluntad soberana de Dios, eso es ya un nuevo ser, con todas las potencialidades de cualquier humano, dotado de cuerpo, alma y espíritu. Como tal, tiene derecho a la vida como cualquiera de nosotros. ¿Quien consideraría lícito matar a un niño inmediatamente después de nacer, aún invocando razones sumamente entendibles? ¿Por qué, entonces, matarlo antes de que nazca? ¿Sólo por el hecho de no verlo podemos negar su existencia? ¿Podemos olvidar para estos casos el precepto divino de no matar?

Algunos podrán invocar razones de humanidad, para los casos de bebés con malformaciones, enfermedades o discapacidades de cualquier tipo. Así y todo, ¿puede un ser humano decidir sobre la vida de otro que singularmente es una criatura de Dios, pensada, formada, creada y sustentada por él? ¿No es, acaso, negar la eficacia de la soberanía divina sobre el tal ser, sobre su entorno familiar o sobre las circunstancias que los rodean? Veamos algunos textos: Éxodo 4:11, Eclesiastés 7:14, Isaías 45: 9-13, Daniel 4:35, Prov. 16:4.

El aborto es, desde el punto de vista escritural, la muerte de un ser humano como cualquier otro que, aunque aún no ha llegado a desarrollarse en toda su potencialidad, de igual modo ya están escritas de él todas las cosas que habrá de alcanzar, en el decreto de predestinación. Asimismo, desde el primer instante de gestación el Señor ha impreso en su código genético toda la información referente a sus características humanas que lo acompañarán por el resto de su vida: su talla, color de ojos, contextura física, pero también sus rasgos de carácter, inclinaciones, personalidad, etc.

Como criatura de Dios que es, única e irrepetible, merece la vida, que en todo caso no es nuestra, sino de aquel que se la dio.

Matarlo, es cometer un grave pecado, el cual estaba contemplado aun antes de que la ley se formalizara a través de los diez mandamientos: Génesis 4:15, 9:6. A través de estas leyes y estos pactos de Dios con el hombre, lo que el Señor enfatizaba era el carácter santo de la vida humana, que le pertenece doblemente, por creación y por redención.

Como cristianos, entonces, debemos rechazar de plano al aborto como opción, y ni siquiera como opción extrema, exceptuando el caso terapéutico de muerte del feto o de peligro de vida para la madre, el cual es ya casi nulo debido a los avances científicos modernos. En todo caso, estas serán situaciones particulares que deberán conllevar tratos particulares y conclusiones específicas, adaptadas a cada circunstancia, y en ningún caso se podrá generalizar.

Un punto aparte merecen las consecuencias indeseadas de un aborto, que rara vez se explican a quien ha tomado una determinación en este sentido. Más allá de las posibles consecuencias físicas y médicas, que no es el caso tratar aquí, pero que pueden llevar a la esterilidad permanente o a la muerte, más abundantes y factibles de aparecer son las secuelas emocionales, a veces transitorias, las más, permanentes. La naturaleza triple del ser humano hace que este sea mucho más que sólo un cuerpo, que puede no recibir el impacto de un hecho tan grave. El alma y el espíritu humano pueden ser atormentados por serias derivaciones: la ley moral escrita en nuestros corazones por el Creador, más tarde o más temprano, dará cuenta del pecado cometido.

Existen muchos casos, médicamente comprobados, de trastornos severos post-aborto: sentimientos de culpa, ansiedad, depresión, manías, demencia, intentos de suicidio. Muchas veces la persona ni siquiera relaciona su padecimiento con un aborto anterior, pero la realidad del problema se encuentra allí.

Es que la consecuencia del pecado siempre es nefasta. Veamos como ejemplo la historia de David y Betsabé, en 2ª Samuel 11 y 12, y volvamos a comprobarlo en Gálatas 6:7.

También es cierto que todos los pecados que tienen algún tipo de relación con lo sexual acarrean efectos graves: 1ª Corintios 6:18, Salmos 32: 3 y 4, Proverbios 6: 32 y 33.

Lo cierto es que, y siguiendo con el ejemplo de David, nuestro Dios es un Dios clemente y misericordioso, capaz de perdonar este y muchos otros pecados más, y asimismo presto a borrar nuestras iniquidades y las heridas que ellas hayan provocado en nuestro corazón.

Sólo hace falta acercarse a El con arrepentimiento, como David lo expresara en el salmo 51, luego de que el profeta Natán le advirtiera de su pecado.Recién entonces llega la dicha del perdón y el ser rodeado con cánticos de liberación ( Salmos 32).

En cuanto al niño que no alcanzó a nacer, y si creemos todo lo que venimos exponiendo acerca de que es una creación de Dios, dotada de cuerpo, alma y espíritu al momento de su concepción, podemos abrigar la esperanza de encontrarlo allí en su gloria, cuando todo lo pasajero haya terminado, y juntos cantemos las glorias del Cordero…

Porque, estas son “las maravillas del perfecto en sabiduría” y “Por más que el hombre razone, quedará como abismado” (Job 37: 16 y 20).

JOBRATO 2011.

martes, 29 de marzo de 2011

INTRODUCCIÓN AL DIEZMO BIBLICO



Según el Nuevo Testamento, es claro que los cristianos deben dar, aún con sacrificio, para satisfacer las necesidades del misterioso organismo viviente, la iglesia, el cuerpo de Cristo, en el cual son llamados a servir. Dar es parte importante de la nueva naturaleza que los creyentes tienen en Cristo. Los cristianos dan, no a causa de ningún mandamiento o amenaza de maldición por no dar, sino porque dar es parte de su nueva naturaleza.Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre2ª a los Corintios 9:7.

Este libro apoya plenamente este dar como una ofrenda de buena voluntad y una respuesta de fe del corazón motivado por el amor y el Espíritu Santo. Sin embargo, este autor está igualmente convencido de que predicar un diez por ciento obligatorio (llamado diezmo) del ingreso bruto, sin importar las circunstancias,es antibíblico y hace más mal que bien al cuerpo de Cristo.

Muchas iglesias enseñan que el diezmo es obligatorio y que los cristianos tienen que dar el diez por ciento de su ingreso bruto a la iglesia. Otras enseñan que los principios de dar en el Nuevo Pacto no incluyen dar obligatoriamente el diez por ciento del ingreso bruto. A menudo, los que enseñan el diezmo desprecian a los que discrepan con ellos, considerando que, o no creen en la Biblia o no son cristianos maduros. A menudo, los puestos de dirigencia, como los de pastor, diácono, y maestro de escuela dominical se les niegan a los que no enseñan el diezmo, aunque éstos puedan estar bien capacitados y sobresalgan en la ganancia de almas. (*)

Durante demasiado tiempo, el diezmo ha sido tratado como un tema tabú, prohibido en muchas iglesias conservadoras. Demasiados profesores de seminario informados observan en silencio mientras personas en los estratos más bajos escriben la literatura denominacional que promueve el diezmo. Esta literatura de textos de prueba pasa por alto principios bíblicos de interpretación aceptados. Aunque ha habido un acuerdo general entre los evangélicos en relación con la inspiración de Biblia, la Trinidad, la deidad de Cristo, y el plan de salvación, continúa activa la discusión sobre los modernos profetas, el papel de Israel en la profecía, y los dones espirituales. Sin embargo, en muchas iglesias conservadoras, carismáticas y evangélicas, nadie se atreve a cuestionar la idea de que el diezmo es un mandamiento para la iglesia cristiana.

En mayo de 1999, en respuesta a mi solicitud sobre el mejor material y los mejores libros sobre el diezmo, el Dr. J. David Carter, principal especialista en mayordomía para Recursos Cristianos de Vida de la Convención de los Bautistas del Sur, me sugirió que usara Partners With God, Bible Truths About Giving [Socios Con Dios, Verdades Bíblicas Sobre el Dar] por Bobby Eklund y Terry Austin, “como plataforma para su investigación adicional en el diseño de su trabajo” (1). De acuerdo con la página en que aparece el derecho de autor, “este libro es el texto para el Curso 05-104 en el tema Curso de Estudio Sobre la Doctrina Bautista en la Iglesia” (2).

Partners with God tiene 142 páginas y sólo dedica las páginas 63-79 al diezmo. Eklund comienza su discusión sobre el diezmo atacando a los que discrepan con su posición. En la página 63, comienza la sección sobre el diezmo con una historia verdadera de una madre que mató a sus dos hijos y luego se suicidó porque pensaba erróneamente que tenía cáncer terminal. Eklund entonces escribe: “Este relato trágico y extremo ilustra una importante verdad: creer en una mentira siempre conduce a la tristeza y la destrucción”. “La mentira [de Satanás] simplemente afirma que el diezmo es una práctica del Antiguo Testamento que ya no es válida para el cristiano del nuevo pacto. Este engaño ha encerrado a muchos cristianos en la esclavitud financiera y ha robado a la iglesia una considerable porción de recursos monetarios” (3).

Nuevamente, es tiempo de que los cristianos conservadores discutan abiertamente e investiguen la doctrina del diezmo usando probados principios bíblicos de interpretación para ponerse de acuerdo sobre esta vital doctrina. ¿A qué le tememos? ¿No es de extrema importancia para el crecimiento de la iglesia descubrir y actuar según la verdad de la Palabra de Dios? ¡Ciertamente el Espíritu Santo no quiere que la iglesia ignore este punto difícil!

Puesto que en cada lado del problema hay iglesias muy grandes que tienen mucho éxito en ganar almas, estoy convencido de que el evangelismo, no el diezmo, determina el éxito financiero de una iglesia. Como se dijo anteriormente, este libro no debe en modo alguno ser interpretado en el sentido de disminuir la importancia de dar ofrendas voluntarias cristianamente para ayudar a sufragar las legítimas necesidades en el nuevo pacto. Este libro contesta la pregunta: “¿Se da en la iglesia por ley, por necesidad, por exactitud y obligación, o es totalmente una respuesta por fe, enteramente del corazón?”

Según la Escritura, es claro que conocer la verdad nos hará libres del error Juan 8:32, y que actuar sobre esa verdad nos acerca a Cristo Juan 3:21. Al evitar este problema, la iglesia está perdiendo las bendiciones y la santificación de Dios Juan 17:17. Como en cualquier otra doctrina bíblica, cada cristiano tiene una responsabilidad individual de saber personalmente lo que dice la palabra de Dios. Tal es el propósito de este libro. La mayordomía total está más allá de su esfera.

Se ha incluido cada uno de los textos, desde Génesis hasta Apocalipsis, que se refiere al diezmo y su equivalente, la décima parte. A esto le sigue un vistazo a los conceptos de “ley” y “pacto”. Luego, se examinan los principios del nuevo pacto relativos a dar dinero y especie. Se ha incluido un examen de la iglesia primitiva antes del Concilio de Nicea, con muchas citas claves de reconocidos historiadores cristianos sobre el tema de la organización de la iglesia primitiva y el dar.

La siguiente lista incluye cada uno de los textos bíblicos sobre el diezmo.

Génesis 14:17-20 Génesis 28:20-22 Levítico 27:30-34 Números 18:19-28 Deuteronomio 12:1-19 Deuteronomio 14:22-29 Deuteronomio 26:12-13 1 Samuel 8:14-17 2 Crónicas 31:1-12 Nehemías 10:37-38; 12:44; 13:5, 12 Amós 4:2-6 - Malaquías 3:10 Mateo 23:23 Lucas 11:42; 18:9-14 Hebreos 7:1-19.

Jobrato, impn San Fernando.